Cientos de miles de años después del Big Bang, reinaba la oscuridad. No había estrellas ni había galaxias. El espacio estaba ocupado por hidrógeno en estado neutro. Poco a poco, por efecto de la gravedad, empezó a acumularse más y más gas alrededor de las regiones más densas, en un proceso que duró decenas de millones de años, hasta que al final estas regiones se volvieron tan masivas que colapsaron sobre si mismas. Así es como las primeras estrellas iluminaron el universo primigenio unos 180 millones de años después de su nacimiento.
a través de La luz de las primeras estrellas — Perdámonos en el Espacio